miércoles, 13 de abril de 2011

Algo necesario, la amistad.

Por muchas cosas materiales que tengamos si no hay nadie para compartirlo no seremos felices, porque para ser felices, necesitamos a alguien que nos complemente. Una persona al menos, que nos entienda, sepa nuestros gustos, nos valore, nos escuche, nos de cariño. La familia suele ser la mayor fuente de influencia y de amor, aunque en la adolescencia nuestros amigos llegan a ser lo más importante, ya que son con quienes convivimos más, a quienes contamos locuras y las hacemos con ellos, cosas que padres nunca entenderán. 
Yo sobre todas las cosas tengo a Amine, mi mejor amiga desde hace casi un año, pero que conozco desde hace más, aunque al principio nos odiábamos, flipante ¿verdad? Bueno, ahora no puedo vivir sin ella. Lo sabe todo sobre mí, más que nadie, y, con mirarnos decimos todo, también nos queremos mucho más de lo que nos demostramos. A parte de ella, están otras dos, Alicia y Laura, dos chicas, que conocí por casualidad hace tan solo cuatro meses y medio y se podría decir que conectamos tan bien, que a parte de Amine, ellas me entienden, de verdad. Solo puedo decir, que son las mejores, no las cambiaría por nada ni por nadie y aunque estuvimos este mes muy separadas, en ningún momento dejé de echarlas de menos. Tenemos mucho por delante, casi una vida, que aprovecharemos al máximo y ojalá, NUNCA nos separemos ni dejemos que vernos, porque esa facilidad de contarnos todo, de ayudarnos, y querernos como ningunas no se ve todos los días.



P.D: Las quiero, hoy y espero que para siempre. 

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