martes, 31 de mayo de 2011

Fabulous.

A por todas. Si tienes la oportunidad de algo, hazlo, porque quizás mañana, sea demasiado tarde. 



Llama la atención. ¡Qué todos sepan que has llegado!
Necesito verano, ya. Aún quedan tres semanas, es un montón, aunque merece la pena esperar se hace esperar, y cada año es igual 9 meses de estrés, para llegar a la mejor estación del  año, olvidar todo lo aprendido y desconectar.
Pero sobretodo, para despertarme tarde, comer helados, reír, ir a la playa y estrenar BIKINI, shorts y vestidos, con una piel bien bronceada.
 



      



 

 










CABRONES, en cualquier lado y a cualquier hora.

viernes, 27 de mayo de 2011

Diviértete el día de tu cumpleaños, porque nunca volverás a ser tan joven. Pero ten cuidado, porque nunca has sido tan viejo. 

Hace ya tiempo me ando buscando, y no me encuentro ni en el espejo.

When you look in my eyes, you make me delirious.





jueves, 26 de mayo de 2011

We should be lovers.




Érase una vez, un niño de cinco años, que su mayor sueño era ser el primero en montarse en los columpios, en el patio del colegio. Un día, mientras esperaba en la cola para montarse, llegó una linda niña rubia y le cogió de la mano y le puso algo. El niño extrañado, se montó en el columpio sin abrir la mano, y en su casa la abrió y vio una piedra azul tan cristalina como el cielo en un día soleado, la dejó en su mesa de noche y se durmió. Al día siguiente, la niña volvió a aparecer, y le dio otra piedra azul, así durante nueve días, hasta que el décimo, cuando llegó la niña y le dio la piedra, el niño le preguntó que por qué le daba piedras azules todos los días, y la niña se fue corriendo mientras lloraba.
Después de ese día, no se volvieron a ver, hasta que pasó el tiempo, crecieron y por casualidad, se encontraron en la facultad y estaban en la misma carrera. El joven, al verla en la clase, se sentó a su lado y empezaron a hacerse amigos. Un día, mientras charlaban en la cafetería, el chico tuvo coraje y le contó que aún guardaba las diez piedras azules, y obviamente, que por qué se las daba. Ella cambió de cara totalmente, y le dijo que cuando era pequeña se prometió que cuando encontrara al chico de sus sueños, le regalaría el cielo a trocitos.





Sólo estoy segura de algo, de que le quiero, mucho además. 
Lo que siento, se parece a la desesperación de un fumador sin su cigarro, no puede vivir sin él, aunque podrá reemplazarlo durante un rato, luego vuelve la sensación, esa en la que sientes que aunque lo tengas todo, lo que realmente necesitas es a él.